Este es un taller de cooperación. Comience haciendo algunos dibujos, con el fin de decidir qué aspecto quieres que tenga el renacuajo. Seguidamente, debe tomar una gran cantidad de arcilla y dar forma a su idea, construyendo un modelo a tamaño natural (si queréis, para ahorrar arcilla, puede coger un taco grueso de madera e ir poniendo la arcilla por encima). Debe dar forma a todos los detalles: los ojos, las cejas, la boca, la nariz, el cabello, las mejillas, sombreros, pañuelos…
Una vez terminado el modelo dejaremos que se seque superficialmente y lo recubre con escayola para hacer el molde. Tendrá que comprar unos cuantos rollos de venda de escayola (en encontraréis en las farmacias). Primero untar la cabeza que ha modelado con crema de tipo Nivea, porque más tarde la escayola se despegue fácilmente. Después hay que cortar la venda en tiras; estas tiras se mojan en agua (póngase una palangana cerca) y se col colocando sobre la cabeza, bueno y marcando bien la forma de la boca, la nariz, los ojos, el pelo… Cuando todo el renacuajo esté cubierto de escayola por una capa suficientemente gruesa, la dejaremos secar durante 10 minutos y luego empezamos a retirarla con mucho cuidado, y la ponemos a secar el tiempo que haga falta hasta que quede bien seca.
Evidentemente os debéis estar pidiendo, ¿cómo podré sacar la escayola si todo el fin está recubierto con ella? La respuesta es que debe hacer dos moldes: uno de la parte delantera de la cabeza, y otro de la parte trasera. Pinte una raya sobre la cabeza de arcilla para saber dónde empieza una y termina la otra. Una vez terminados, los dos moldes deberían encajar perfectamente. Cada molde de escayola, una vez seco, se pinta por dentro con esmalte sintético (esto facilita el desmoldeo).
Una vez seca la escayola y la pintura, se utilizan estos moldes para ir poniendo por la parte interna las tiras de papel maché o de cartón-piedra (ver la técnica anterior, por más seguridad, puede untar el interior del molde con Nivea para facilitar el desmoldeo). Cuando todo el molde está recubierto por su interior con las suficientes capas de papel, las dejaremos secar durante varios días y luego desmoldar el papel maché separándolo de la escayola.
El siguiente paso es unir las dos piezas que han salir de los moldes. Esto lo hacemos por el interior con cinta adhesiva y por el exterior con papel maché. Ahora tenemos la oportunidad de hacer todavía algunos retoques en la figura con más papel maché, y de corregir las imperfecciones (se puede hacer con masilla, que luego pulimos con fibra de vidrio).
Durante la colocación del papel pensáis a dejar libre el agujero por donde miraremos. Habitualmente suele ser la boca del renacuajo. Si el agujero no se ha quedado perfecto, puede acabar de perfilar, con mucho cuidado, con la ayuda de un cúter, y luego el acaba de retocar con papel maché. Normalmente se suele cubrir este hueco con tela mosquitera negra, sujeta por la parte de dentro, de modo que la persona que lleva el renacuajo puede ver a través de la mosquitera, pero la gente de fuera sólo ve el color negro de la tela.
El último paso es la pintura. Habitualmente se hace en varias capas:
Imprimación o capa aislante
Colores de base
Detalles a pincel
Capa protectora con barniz transparente o con cola blanca diluida en agua
¡Y ya está! Sólo queda complementar el renacuajo con un disfraz adecuada.
La ventaja de esta técnica es que permite hacer varias copias idénticas de la misma figura a partir del molde.
Fuente – Manualidades