¡Hola! En la manualidad de hoy vamos a realizar una placa identificativa para perros reutilizando plástico mágico de un tuper de comida para llevar.
¿Queréis ver como hacerlo?
Índice
Materiales que vamos a necesitar para hacer nuestra placa identificativa para perros
- Plástico mágico ¿Y eso qué es? Pues es un tipo de plástico que se utiliza sobre todo para los tuper de comida para llevar. Este plástico al ser sometido a una fuente de calor, como por ejemplo el horno, reduce su tamaño hasta siete veces y aumenta en grosor hasta también siete veces. Esto se traduce en que es un plástico que se vuelve más duro y por tanto es perfecto para hacer llaveros o incluso joyería. ¿Cómo identificamos que es plástico mágico? Muy sencillo en algún lado de la tapa o de la base del plástico debe estar un triángulo con el número 6, esto indica el tipo de plástico. En la siguiente imagen podéis verlo:
- Rotuladores permanentes
- Tijeras
- Papel albal
- Horno
Manos a la manualidad
- El primer paso para realizar nuestra placa identificativa es recortar las partes lisas del tuper para poder utilizarlas en las manualidades.
- Cogemos una parte agradecita y vamos a dibujar la figura de un hueso. Podéis imprimir una imagen o dibujar primero en un papel y luego poner el plástico encima y calcar. Para ello usaremos un rotulador permanente.
- Ponemos en el centro el nombre de nuestro perro, en mi caso Aki y podemos añadir algún dibujo, yo he puesto una hoja de otoño ya que Aki significa otoño en japonés.
- En otro trozo de plástico vamos a poner los números de teléfono a los que tienen que contactarnos si nuestro perro se pierde. Hacerlo lo mas legible posible. Podemos hacer distintas versiones para escoger cual nos gusta más después del horno.
- Repasamos todo lo realizado en rotulador, hacemos un agujero con una taladradora de papel y ponemos precalentar el horno a 150°.
- En la bandeja del horno ponemos papel albal y el plástico mágico que hemos diseñado. Metemos al horno y esperamos. Pasados 2-3 minutos el plástico comenzará a moverse y arrugarse, que no cunda el pánico, es lo que tiene que pasar. En cuanto el plástico deje de moverse y se alise de nuevo apagamos el horno y sacamos la bandeja.
- Ahora hay que actuar rápido. Mientras las piezas aun están calientes (se enfrian muy rápido) podemos aplanarlas con ayuda de una paleta de cocina, en el caso de que alguna pieza no haya quedado del todo plana.
- Es recomendable poner un barniz o un producto que proteja el rotulador. Yo he puesto pintauñas transparente, eso si, aplicarlo a toquecitos sin arrastrar el pincel o el rotulador se emborronará.
¡Y listo!
Espero que os animéis y hagáis esta manualidad.
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