Si algo le sobra a nuestro planeta es plástico. Y si algo nos falta a nosotros es darle usos al plástico. A partir de allí, y buscando un equilibrio natural, qué mejor que darle una función enfocada a la naturaleza a partir de reciclar una botella de plástico. Con ella, vamos a hacer una maceta colgante dónde colocarle nuestras plantas.
Índice
Materiales
- Cúter
- Tijeras
- Botella de plástico
- Cordel
- Pinturas
- Pinceles
Proceso
- Dibujamos con rotulador el perfil de la botella que vamos a recortar.
- Con ayuda del cúter, perforamos la botella. Luego con las tijeras, terminamos de recortar todo el perfil marcado. Para que no se te doble, cuando llegues a una esquina con las tijeras, haz un primer trazo con el cúter.
- Pintamos la botella con una primera capa de pintura blanca. No sabía si hacerla de varios colores o no. Pero como es posible que introduzca más macetas iguales, he decidido empezar esta destacando el blanco.
- Después de una segunda capa de color blanco, podemos aprovechar las rallas (si las tiene) para pintarlas de otro color. Yo opté por hacerlas de un azul clarito, y luego unas horizontales de un tono azul más oscuro.
Y tras dejarlo secar, queda lo mejor! Ya se puede introducir la tierra, y poner las plantas que nos gusten. Luego atar en cada extremo de la botella el hilo, con la que vamos a colgar la maceta.
Muchas veces, o casi siempre, las macetas tienden a llevar los agujeritos pequeños abajo, hechos para que el agua sobrante se vaya, y no se llene agua en exceso dentro. Eso puede provocar que las raíces se pudran. Sin embargo, yo no le hice agujeros, porque he puesto tallos de plantas, es decir, no tienen raíz todavía, y es importante que estén húmedas. Recuerda que dependiendo lo que plantes, es mejor que tenga agujeros o no. Siempre estás a tiempo de hacérselos!
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